de los sueños suaves y acogedores,
mimando lo que fue, lo que no
y lo que podría haber sido.
Acariciando el deseo de un aroma,
de esa dulzura agria conocida por el alma,
recordando lo que fue, lo que no
y lo que podría haber sido.
Buscando a ciegas claras
la piel tersa y masculina,
sintiendo lo que fue, lo que no
y lo que podría haber sido.
Amando, deseando, gozando
aquello que ya no puedo sentir,
que busco en el aire irrespirable,
en la oscuridad pasada, muy presente.
Sandra Brun