Mamá te debo la constancia,
el esfuerzo, el sentir,
los pasos y los vuelos,
la calma del ir y venir.
Son tuyos mis ojos
y la mirada relajada
que más de una vez
te busca por la posada.
Te debo mi corazón
que con calidez intenta
ser buena madre y así
seguir tu ejemplo de plata.
Son tuyas mis manos
y el trabajo del día a día
que me acercan a la imagen
dibujada en mi deseo y utopía.
Te debo mil "Gracias",
"Te necesito", "Te quiero".
Te debo mi vida y mi crecer,
mis sueños, a tí madre de oro.